Siempre ha estado ahí; unos años, antes y otros, después. Me refiero a la flor del calabón. Estábamos tan habituados a ver los cerros vestidos de amarillo que casi no le dábamos importancia. Sólo la reflexión de algún pastor: "Este año habrá vainilla; la flor ha cuajado bien". Entonces los intereses eran otros, porque las necesidades también lo eran. La belleza no ocupaba un lugar preeminente entre los centros de interés de los campesinos. Que por San Juan el campo reventara de flor era algo natural. Si la sierra no está bonita ahora, no sé cuándo lo va a estar, decían. Ahora los comentarios son otros: "¡Qué maravilla", "Un regalo para los ojos", "Si esto estuviera bien promocionado..." Incluso ya sólo nosotros y los de los pueblos de arriba llamamos calabón al calabón de toda la vida. Ahora es el piorno, que tiene incluso su festival. Y cómo me alegro.
Desde El Calvario, con El Berrueco al fondo. |
Los Collados y El Picozo |
El calabón alvar. Al fondo, los serrano de La Cama de la Virgen. |
El Castrejón y La Garganta. Al fondo, el valle de El Tormes |
Desde los prados de El Cerrao. |
Las Dehesas |
El Frontón desde los huertos de La Torre |
Las Campanas y El Vallejo |
Camino de La Herguijuela |
Entre La Vega y la Herguijuela |
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