Toda la historia medieval del pueblo está relacionada con este señorío, siendo uno más
en el sostenimiento y defensa de los intereses de los señores de Valdecorneja y
gobernándose por el fuero que emanaba de las normas del señorío. Gran parte de la organización de la vida en el campo, como el riego, los caminos, el pasto comunal de los rastrojos y otras normas que hemos utilizado hasta el drama de la despoblación está
basada en un ordenamiento que emana de la Edad Media. Y muchos de los localismos que
nos han acompañado de niños, también: Palabras como huertos,
herrenes, cercas y linares, ejidos (lejíos), armealeras y eras comunales; dehesas
concejiles, prados (abiertos y cerrados),
tierras de sembradura, hojas de labor, heredades, baldíos, dehesa boyal,
corral de concejo o rastrojera, que tantas veces hemos oído, tienen su origen en aquel tiempo.
La historia moderna del pueblo también está condicionada de alguna
manera por los avatares del señorío, porque será la recuperación de las
propiedades rústicas del mismo y la posterior desamortización de Pascual Madoz
lo que permita al pueblo hacerse con lo que hoy son las dehesas boyales. Es esta compra un hito importante en la
historia y en la economía del pueblo, cuya administración merecerá un capítulo
aparte.
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