viernes, 9 de marzo de 2018

AL MAL TIEMPO...


            
Afanado en su huerto un campesino

retirando uno a uno los hierbajos

repara que en el borde del camino

vestido de sumiso peregrino

se recrea con la brisa y el sombrajo

un turista sin punto de destino.


 

Qué bien viven aquí, dice el ladino,


disfrutando del tiempo y del trabajo,
en santa soledad, con buen relajo.
 A la sombra, la bota de buen vino
y un clima, que parece ser divino.
Es lo que más admiro cuando viajo.
¡Qué vida tan feliz y qué agasajo!
Sin nada que les pueda ser dañino.




Qué sabrás tú de campo, tonto el haba.

Piensa y calla, severo, el lugareño.

Si quieres opinar, primero cava.


Sirvan estos versos mal compuestos de homenaje a todos los campesinos que soportan sin rechistar los comentarios de los turistas de pantalón corto y gorra de colorines. Los que los vemos trabajar, pero no los ayudamos; los que ensalzamos la vida en el campo, pero vivimos en la ciudad; los que cumplimos con la conveniencia de elogiar esos lugares maravillosos para ir, pero en los que no queremos vivir. 
NOTA: Las fotos son cortesía del grupo de WhatsApp Horcajeñ@s.

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